(RV).- (Con audio) “No se puede ser cristianos sin la gracia del
Espíritu” que nos da la fuerza de amar. Lo dijo el Papa Francisco en su homilía
de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
El Santo Padre centró su homilía en la Carta a los
Efesios, en la que San Pablo describe su experiencia de Jesucristo, una
experiencia “que lo ha llevado a dejar todo” porque “estaba enamorado de
Cristo”. El Papa dijo que el suyo es un “acto de adoración”, porque en primer
lugar “se arrodilla ante el Padre” que “tiene el poder de hacer mucho más de lo
que podemos pedir o pensar”. Usa “un lenguaje sin límites”: adora a este Dios
“que es como un mar sin playas, sin límites, un mar inmenso”. Y Pablo pide al
Padre, por todos nosotros, para “que seamos poderosamente reforzados en el
hombre interior, mediante su Espíritu”:
“Pide al Padre que el Espíritu venga y nos
refuerce, nos dé la fuerza. No se puede ir adelante sin la fuerza del Espíritu.
Nuestras fuerzas son débiles. No se puede ser cristianos sin la gracia del
Espíritu. Es precisamente el Espíritu quien nos cambia el corazón, quien nos
hace ir hacia adelante en la virtud, para cumplir los mandamientos”.
“Después pide otra gracia al Padre”, dijo el Papa
Francisco: “La presencia de Cristo, para que nos haga crecer en la caridad”. El
amor de Cristo “que supera todo conocimiento”, “sólo se lo puede entender” a
través de “este acto de adoración de aquella inmensidad”:
“Ésta es una experiencia mística de Pablo y
nos enseña la oración de alabanza, y la oración de adoración. Ante nuestras
pequeñeces, ante nuestros intereses egoístas, tantos, Pablo estalla en esta
alabanza, en este acto de adoración y pide al Padre que nos envíe al Espíritu
para darnos fuerza y poder ir adelante; que nos haga comprender el amor de
Cristo y que Cristo nos consolide en el amor. Y dice al Padre: ‘Gracias, porque
Tú eres capaz de hacer eso que nosotros no osamos pensar’. Es una bella
oración... Es una bella oración”.
El Papa Francisco concluyó su homilía diciendo:
“Y con esta vida interior se puede comprender
que Pablo haya dejado todo y considerar todo basura, para ganar a Cristo y ser
encontrado en Cristo. También a nosotros nos hace bien pensar así, nos hace
bien adorar a Dios. Nos hace bien alabar a Dios, entrar en este mundo de
amplitud, de grandiosidad, de generosidad y de amor. Nos hace bien, porque así
podemos ir adelante en el gran mandamiento – el único mandamiento, que está en
la base de todos los demás –: el amor; amar a Dios y amar al prójimo”.
(María Fernanda Bernasconi –
RV).
No hay comentarios:
Publicar un comentario